Se acaba de publicar en El Correo Digital un artículo sobre la 19ª edición del Festival Internacional de Ochotes de Portugalete que este año presenta tres novedades. La primera es que estará dedicado a la mujer ya que a lo largo de la historia del ochotismo entre 1930 y el año 2000 tan sólo existieron tres formaciones de voces blancas en el País Vasco: Maitasun, Alai y Laudiotarrak.
Este Festival es único en el mundo con estas características, y digo único porque no hay ninguno, que al menos sepa, que tenga el carácter internacional. Hay otros dos festivales que se celebran en la geografía vasca: en Kanbo y en Rentería. El de Kanbo es bianual y sólo participan formaciones vascas, al igual que en el de Rentería, con la diferencia que éste no exige en sus actuaciones la formación estricta de ocho. También existe un concurso de Blusas en Miranda de Ebro en el que la gran mayoría de ochotes son locales.
Desde que impulsé el FIOP, en el año 2000, tenía claro que además de dar espacio a todas las formaciones vascas, también debía dar a conocer octetos foráneos con otras características, repertorios o composición del propio octeto. Y entre ellos, estaba la de impulsar las voces blancas donde también figuraban los grupos mixtos.
En estos 19 años de corta trayectoria del Festival han visitado Portugalete y otras localidades vascas y españolas nueve grupos femeninos provenientes de Croacia, Italia, Hungría Francia, Madrid, Vitoria-Gasteiz, Bilbao y Erandio, y trece formaciones mixtas de Austria, Alemania, Argentina, Cuba, Portugal, Inglaterra, Barcelona, Burgos, Salamanca, Madrid y Avilés.
Fue una decisión arriesgada pero después de casi veinte años el resultado ha sido mucho más exitoso del esperado, porque no sólo era programa octetos al margen de la formación original e histórica como en el País Vasco se entendía, sino que, además, era escuchar repertorios totalmente inéditos para el público vasco. Y curiosamente, quizá por la novedad o por la originalidad, fueron realmente sorprende el modo en que fueron acogidos. Escuchar versiones del pop español, blues, jazz o Beatles, fue una aportación diferencial que necesitaba el Festival para dar a conocer esta formación desde todos los ámbitos y para que creciera y madurase con el paso de los años.
Joseba Gotzon